La Mare de Déu de l’Ermitana es la patrona de Peñíscola. Su ermita se alza pegada a los muros del Castillo del Papa Luna, en la parte interior de la muralla, lo que se conoce como la Batería de Santa Ana.
Está erigida sobre un cementerio del siglo VI. Cuenta la leyenda que su imagen fue traída a tierras peñiscolanas por el propio Santiago Apóstol en persona. Así pues, la talla fue escondida en una cueva del Barrio del Olivo durante la dominación musulmana hasta que, tristemente, desapareció durante la guerra civil española. Fue repuesta en 1953 gracias a la voluntad popular con una copia de la original.
La propia ermita se alza donde antaño hubo una pequeña capilla. Sufragada por Sancho de Echevarría, gobernador militar de Peñíscola. Por aquel entonces era el Gobernador Militar de la población, puesto ganado como premio por haber permanecido fiel a Felipe V durante la guerra de Sucesión.
Su construcción comenzó en 1708 para ser rematada en 1714. Por tanto, es de estilo barroco. Como la gran mayoría de templos cristianos su planta es de cruz latina, destacan el escudo de Felipe V en su portada y en sus sillares motivos bélicos como tambores de guerra y cañones (ver foto).